viernes, 12 de octubre de 2012

Empeora la salud de los enfermeros y la atención a los ciudadanos

Seis de cada diez profesionales de enfermería sienten en España el síndrome de Burnout, o del profesional “quemado”, ocho de cada diez, estrés, cerca de nueve considera que el ambiente laboral se ha deteriorado y más de la mitad considera que la atención a los pacientes ha empeorado en los últimos tiempos.
Estas son algunas de las principales conclusiones del Estudio “Percepción de estrés en los Profesionales de Enfermería en España”, que ha elaborado el Sindicato de Enfermería, SATSE, gracias a la opinión reflejada por el colectivo a través de una encuesta realizada a un total de 1.173  enfermeras de todo el país durante el pasado mes de julio. El perfil mayoritario entre los encuestados es mujer, entre 26 y 55 años, y con contrato fijo.
En su presentación, el secretario general de SATSE, Alejandro Laguna, ha explicado que el principal objetivo del Estudio ha sido conocer la repercusión de la actual situación de precariedad laboral en la salud personal y calidad de vida de los profesionales, así como en la atención que se presta a los usuarios del Sistema Nacional de Salud.
Según ha indicado, los testimonios de los profesionales que han participado en el estudio son el mejor “termómetro” para comprobar el grado de enfermedad que tiene nuestra sanidad, y, a tenor de sus resultados, se puede afirmar, con toda rotundidad, que “la salud de nuestro sistema sanitario ha empeorado en los últimos meses y, si no cambian las cosas, se verá abocado a una situación insostenible y desoladora, no solo para el profesional sino también para los pacientes”.
Laguna ha recalcado que la situación de estrés que están padeciendo los profesionales de enfermería sobrepasa con creces los límites razonables, y ha apuntado que a las ya complicadas condiciones habituales de trabajo se están sumando los recortes sanitarios, tanto en plantillas como en medios materiales, y el aumento de la presión que el profesional soporta por el creciente descontento ciudadano.
Los principales resultados del estudio son que más de ocho de cada diez profesionales (84 por ciento) se siente estresado y seis de cada diez (62 por ciento) “quemado”. Asimismo, muchos profesionales manifiestan dolencias y perjuicios físicos, y por ejemplo, un 97 por ciento padece tensión muscular; un 93 por ciento, nerviosismo, temor o angustia; un 43 por ciento sufre problemas sexuales, y un 86 por ciento tiene trastornos del sueño.
De otro lado, más de la mitad (51%) cree que la atención a los pacientes ha empeorado, y es que ocho de cada diez (80 por ciento) considera que no hay personal suficiente, y también ocho de cada diez (82 por ciento) no dispone del tiempo necesario en su jornada laboral para atender a los pacientes como desearía. Además, cerca de nueve (88 por ciento) de cada diez enfermeras consideran que han empeorado sus condiciones de trabajo, y un porcentaje similar (86 por ciento) cree que el ambiente laboral se ha deteriorado.
Actuaciones del Sindicato
Ante esta situación, el Sindicato de Enfermería desarrollará distintas medidas y actuaciones con el objetivo de ayudar a los profesionales a prevenir y actuar ante el estrés. Entre otras, se dirigirá al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y al resto de administraciones sanitarias a nivel autonómico enviándoles el Estudio e instándoles a que se “tomen en serio” este problema, y adopten medidas concretas y eficaces contra esta situación.
Asimismo, el Sindicato promoverá la realización de jornadas que ayuden al profesional a prevenir los síntomas del estrés y a intentar mitigar o acabar con ellos cuando ya los sufran, y  reeditará una Guía de Prevención y Actuación contra el Estrés, que busca el mismo objetivo de ofrecer pautas de actuación que ayuden a mejorar su calidad de vida a los trabajadores afectados.
Por último, el Observatorio de la Enfermería de SATSE creará un departamento específico para hacer un seguimiento exhaustivo y continuo de la repercusión del estrés en los profesionales de toda España, en aras a tomar nuevas actuaciones a futuro.
“En definitiva, volvemos a constatar que los recortes sanitarios están deteriorando de manera alarmante la calidad asistencial que se presta, la salud de los ciudadanos, la de los profesionales sanitarios y la satisfacción con un sistema sanitario que corre el peligro de pasar de ser uno de los mejores del mundo a un sistema sanitario desigual, desmotivador, carente de calidad y deteriorado”, ha concluido.

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