miércoles, 4 de enero de 2012

Los portugueses pagarán 20 euros por ir a urgencias

La implacable política de la tijera sobre el sistema de bienestar portugués se intensifica. A partir del 1 de enero, según se publicó ayer en el boletín oficial luso, las urgencias hospitalarias costarán hasta 20 euros, frente a los 9,6 actuales. Las consultas de enfermería, que eran gratis, tendrán un coste de 4 euros y las consultas médicas en los centros de salud pasarán de 2,25 a 5 euros. Con estas subidas del copago, del que está exento la mitad de la población, el Estado espera ingresar 100 millones de euros. Pero la troika de FMI, UE y Banco Central Europeo quiere que se capten 150 millones, lo que puede causar nuevas alzas.

Las primeras Navidades bajo la intervención de la troika, a cambio de los 78.000 millones de ayuda externa, se presentan como especialmente duras para los portugueses, que ya han notado el efecto del impuesto extraordinario sobre la paga extra, que les privó de entre un tercio y la mitad de su importe. Y a partir del 1 de enero se van a aplicar una cascada de nuevas medidas de ajustes presupuestario, incremento de la presión fiscal y recorte de derechos de los trabajadores que no serán las últimas.

Los periódicos lusos informaban ayer de los nuevos compromisos adquiridos por el Gobierno con la troika que, por ejemplo, suponen duplicar el ritmo previsto de reducción del número de empleados del sector público, de manera que los 508.000 funcionarios actuales sean 478.000 en el 2014. De todos modos, Poul Thomsen, el jefe de la misión del FMI, admitió ayer que el exigente objetivo de déficit público para el 2012, del 4,5%, podría ser revisado en caso de que la crisis internacional hunda aún más al PIB luso.

De momento en el 2012, además del aumento del copago sanitario, los portugueses afrontarán una nueva subida del IVA, en este caso a través del cambio de las condiciones de las tarifas, que supondrá que la tributación de la hostelería pase del 13% al 23%. Además, se van a aprobar las nuevas normas del subsidio de desempleo, cuya duración máxima se reducirá de 36 a 18 meses y cuyo importe máximo disminuirá en un 10%.

Además, el Gobierno anunció esta semana que la indemnización por despido en contratos indefinidos caerá de forma brutal, de los 30 días por año trabajado actuales a entre 8 y 12. En mayo, cuando se formalizó el rescate internacional, se había anunciado una reducción a 20 días.

Sobre la mesa está también la posible rebaja de salarios en el sector privado, del mismo modo que va a suceder en el sector público el año próximo, mediante la eliminación, según los casos, de una o de las dos pagas extraordinarias anuales.

Todos estos sacrificios han estado envueltos en las últimas semanas en una fuerte polémica sobre su necesidad, una vez que el déficit público va a quedar este año, según ha anunciado el Gobierno del conservador Passos Coelho, en el 4%, muy por debajo del 5,9% previsto. Sin embargo, ello ha sido posible gracias a la nacionalización de los fondos de pensiones de la banca, una medida extraordinaria que en teoría no se puede repetir. Sin ella, rondaría el 7,5%.