miércoles, 23 de mayo de 2012

Cómo responder ante una catastrofe Nuclear

Los alumnos del Máster de Enfermería de Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de la Universidad de Sevilla ha salido de las aulas para poner en práctica todo lo aprendido en un simulacro de catástrofe nuclear en el que han participado alrededor de unas 500 personas.
Junto con profesionales del SAMU, el Servicio 112, Unidad Militar de Emergencias (UME), Cruz Roja o la Brigada de Sanidad del Ejército de Tierra, entre otras, se han trasladado al Polígono Las Canteras de Alcalá de Guadaíra, donde han permanecido durante cuatro días con la logística habitual en este tipo de casos, aprendiendo a desenvolverse en estas situaciones de emergencia y riesgo.
«Es una actividad de superviviencia sobre el terreno, además de una puesta en común con el resto de profesionales con los que se suele actuar en estos casos. Allí van con sus elementos básicos de alimentación, saneamiento y aprenden a ser autónomos con lo que tienen», explica Juana Macías, directora del máster.
Para ella, esta actividad, compleja por las dificultades de montar todoel dispositivo, es esencial para la correcta preparación de los alumnos. «Aquí es donde ven la realidad y no sólo en un momento puntual, como suelen ser el resto de simulacros, sino con la convivencia del antes, el durante y el después. Y en un entorno con presión, porque no están en un hotel de cinco estrellas sino en el campo sin agua y sin saneamiento, teniendo que construirse sus propias letrinas y donde cada institución tiene su propia jerarquía y hay que casarlo todo para cumplir el mismo objetivo», añade.
Quirófanos móviles, centros de clasificación de pacientes, puestos de mandos avanzados o carpas de evacuación y triaje son algunos de los elementos desplazados hasta el polígono de Las Canteras para atender a los supuestos heridos en una catástrofe similar a un derrumbe de edificios en el que se han liberado agentes químicos y biológicos, causando una situación de riesgo tecnológico. Aprender a coordinar los distintos operativos que se incorporan a las tareas de rescate, controlar el tiempo, administrar los recursos y responder con solvencia en estas situaciones constituyen los pilares básicos del éxito de la operación. Pero además, al tratarse de un simulacro, se aprovecha para desarrollar otras capacidades, también necesarias, como puede ser hablar en público a través de exposiciones en los talleres que se realizan en estas jornadas.
Macías, que confiesa que terminan estas jornadas exhaustos por los meses de trabajo que conlleva su organización, asegura que el esfuerzo se recompensa con la satisfacción con la que finalizan los alumnos participantes, conscientes de que de no existir este tipo de simulacro tan completo, la única forma de enfrentarse a una situación así sería en la vida real.
«Todo esto es lo que se van a encontrar cuando acudan a realizar ayudas humanitarias. Por eso tienen que aprender a ser persona autosuficientes, con gran capacidad de resistencia, de resolver conflictos y de no generarlos», concluye la directora del máster.